BOGOTÁ (AP) — Cerca de 2.000 indígenas del suroccidente de Colombia llegaron el lunes a Cali en sus tradicionales “chivas”, coloridos vehículos con carrocería abierta, para levantar su voz por el cuidado de la naturaleza al participar en la Conferencia de las Partes del Convenio sobre Diversidad Biológica (COP16).

“Hoy es la humanidad, son las naciones, son las potencias, son esas economías extractivistas que vienen dañando los territorios indígenas, las que están llamadas a recibir el mensaje de los pueblos indígenas”, reclamó Jhoe Sauca, consejero mayor del Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC), ante los demás indígenas en un parque de Cali donde se congregaron luego de recorrer la ciudad ondeando sus representativas banderas de color verde, rojo y amarillo.

La conferencia sobre biodiversidad, que cuenta con la presencia de delegaciones de 196 países y se extenderá hasta el 1 de noviembre, busca dar seguimiento a un histórico tratado mundial sobre biodiversidad que fue firmado en la cita de Montreal de 2022, que incluye la protección del 30% del planeta y del 30% de los ecosistemas degradados para 2030.

Sauca aseguró que la “madre tierra” está sufriendo “dolores de parto” y abogó por que países de todo el mundo alcancen compromisos que deriven en acciones concretas: “No podemos seguir avanzando sobre un discurso de la biodiversidad si no trascendemos a las acciones”.

Como país anfitrión, Colombia ha decidido incluir en la COP16 a los grupos indígenas y afrodescendientes, pueblos que considera clave en el objetivo de revertir la pérdida de la biodiversidad, y participaron en la construcción del “Plan de Acción de Biodiversidad” al 2030 que presentó el lunes el país.

La presidenta de la COP16 y ministra de Ambiente de Colombia, Susana Muhamad, dijo en su discurso de apertura del evento el lunes que es necesario reconocer el “poder político” de los pueblos indígenas y las comunidades locales, quienes pueden abanderar las soluciones de la crisis de la biodiversidad.

La defensa del agua y de la tierra ha costado vidas a los pueblos indígenas en Colombia. La Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos verificó que fueron asesinados 248 defensores del medio ambiente en Colombia entre el 2016 y septiembre de 2024, de los cuales 139 eran indígenas y 18 afrodescendientes.

Desde el CRIC y otras organizaciones afines aseguraron que su presencia masiva en Cali —que en otras ocasiones ha sido en contra de los gobiernos de turno— pretende apoyar la agenda que impulsa el gobierno de Gustavo Petro y no desafiarla.

María Yolanda Campo, gobernadora del Cabildo Indígena Misak, defendió en la reunión de indígenas la visión “ancestral” que los ha llevado tradicionalmente a proteger el medioambiente. “Es un pensamiento ancestral que siempre lo hemos tenido, no por una COP, sino por nuestros saberes”, explicó. Para Campo, las comunidades indígenas deben hacer notar “al mundo entero y los grupos económicos” que “aquí no se vino a negociar la madre tierra, aquí se vino a mirar cómo la conservamos”.

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